La planta de KTM en Mattighofen ha reanudado sus actividades después de un largo período de incertidumbre. Tras varios meses de dificultades, la producción de las emblemáticas motos naranjas ha comenzado de nuevo. Sin embargo, lo que parece un regreso triunfal es solo el inicio de un complicado camino hacia la recuperación, lleno de desafíos. ¿Cuál es la magnitud de la crisis que afronta KTM? ¿Podrá superar estos obstáculos o estamos ante el ocaso de una marca icónica?

Un retorno parcial a la fabricación
La reapertura de la planta en Mattighofen no ha cumplido con las expectativas de muchos. Aunque la producción ha comenzado de nuevo, actualmente solo se está operando con un único turno y en una sola línea de ensamblaje, en contraste con las cuatro líneas que eran habituales. Esta reactivación limitada refleja que la empresa sigue sumida en una crisis severa.
El principal desafío radica en un vasto inventario: KTM tiene alrededor de 235.000 motos en stock, de las cuales 100.000 corresponden a modelos del año 2024 que no pudieron ser vendidos. Esta situación fue resultado de la quiebra que detuvo todas las actividades, dejando a estas motocicletas sin distribución.
Además, la salida de MV Agusta ha aliviado parcialmente la situación, ya que, de no haber sido por esta decisión, el volumen de stock acumulado sería aún mayor.
Ofertas y desesperación por liquidar stock
Las marcas bajo el ala de KTM, como Husqvarna y GASGAS, están batallando para vender las unidades en inventario a precios reducidos. Sin embargo, esta táctica ha resultado ser un arma de doble filo. Los consumidores se muestran reacios a pagar el precio completo por los modelos nuevos del 2025, esperando que los descuentos se mantengan por más tiempo.
Este ciclo de ventas con precios rebajados amenaza con extenderse durante meses, complicando aún más la recuperación financiera de la empresa.

Bajaj: Un respaldo reducido
El socio indio Bajaj, que cuenta con el 49% de KTM, ha contribuido con 50 millones de euros para apoyar la reactivación de la producción. Sin embargo, esta cantidad representa solo una pequeña parte del capital que KTM requiere con urgencia.
El principal problema es que en un plazo de dos meses, KTM debe reembolsar 600 millones de euros a sus acreedores. Aunque Bajaj ha hecho una contribución, aún quedan 550 millones de euros por cubrir para el primer pago, además de otros 100 millones para mantener la producción operativa en los meses venideros.
Citibank dirige la reestructuración financiera
El Citibank está liderando el proceso de reestructuración y, aunque hay indicios de un “fuerte interés” por parte de inversores, no hay nada asegurado. Entre los potenciales interesados se encuentra BMW Motorrad y uno de los propietarios de Remus, un fabricante de escapes que ya forma parte del consejo de administración de KTM.
No obstante, atraer inversiones en este momento es un desafío considerable. KTM deberá demostrar que es capaz de superar sus problemas financieros y de producción antes de que algún inversor decida respaldar su recuperación.

Posibles ventas de marcas para salvaguardar la supervivencia
La urgencia por obtener liquidez podría llevar a KTM a deshacerse de algunas de sus marcas. Tanto Husqvarna como GASGAS, especializadas en motocross y enduro, se encuentran en una situación precaria. Para muchos, desprenderse de una o ambas marcas podría ser la única manera de asegurar la continuidad de la compañía principal.
Problemas de calidad que empeoran la crisis
Como si la crisis financiera no fuera suficiente, KTM también enfrenta serios problemas de calidad. Hubert Trunkenpolz, un exmiembro de la dirección, ha reconocido que la empresa ha experimentado fallos recurrentes en motores, transmisiones y sistemas eléctricos. Estas fallas llevaron a KTM a extender su garantía de fábrica a cuatro años, lo que ha generado costos adicionales que complican aún más su situación financiera.
La crítica principal es que la marca ha estado utilizando recursos destinados al desarrollo de nuevos productos para intentar cubrir las deficiencias de su complicada situación económica.

El futuro de KTM
En conclusión, la reapertura de la fábrica de Mattighofen es un paso positivo, pero está lejos de ser suficiente. Con un inventario abrumador, problemas de calidad y deudas que se acumulan rápidamente, el futuro de KTM parece depender de un milagro financiero.
Los próximos dos meses serán cruciales. Si KTM no logra reunir los 550 millones de euros restantes para saldar su deuda, la marca podría enfrentar un destino desafortunado. Todo esto sucede mientras Bajaj y otros posibles inversores observan con cautela sus decisiones.
Reflexión final
La situación de KTM es alarmante. Aunque la producción ha comenzado de nuevo, las deudas y los problemas de calidad que enfrenta la marca son amenazas serias que podrían llevarla al borde del colapso. A menos que logre obtener la financiación necesaria para cumplir con sus obligaciones, la historia de KTM podría estar llegando a su fin.