Jim Farley, director ejecutivo de Ford, ha emitido una fuerte advertencia: si la administración de Donald Trump decide eliminar los incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos, la compañía podría verse forzada a despedir a 13.000 trabajadores.
Este impacto no solo afectaría a la plantilla de Ford, sino que también podría provocar un efecto dominó en toda la industria automotriz. ¿Estamos ante una crisis inminente en este sector? Vamos a analizarlo en detalle.

Las decisiones de Trump: un impacto negativo en el vehículo eléctrico
Desde su regreso al poder, Trump ha manifestado su oposición a los vehículos eléctricos y a las ayudas económicas que reciben. Entre sus medidas más controversiales se encuentra la eliminación de los créditos fiscales de hasta 7.500 dólares, que han sido un incentivo crucial para que los consumidores opten por la electrificación.
Farley ha calificado esta política como “equivocada y arriesgada”, argumentando que, sin estos apoyos, la demanda de autos eléctricos podría desplomarse y amenazar la inversión de miles de millones que las marcas han realizado para adaptarse al cambio energético.
Además, el CEO de Ford también ha criticado los nuevos aranceles del 25% a Canadá y México, así como el 10% adicional a China, lo que incrementará los costos de producción y elevará los precios finales de los vehículos.
La posibilidad de 13.000 despidos y el riesgo para las fábricas
Ante la falta de incentivos y el aumento de costos, Ford se verá obligada a tomar decisiones drásticas. La más alarmante: despedir a aproximadamente 13.000 empleados en sus plantas de Michigan, Kentucky y Tennessee, que han sido fundamentales en el desarrollo de vehículos eléctricos.
📌 Lo que está en juego:
- Ford ha destinado miles de millones a la electrificación debido a regulaciones anteriores.
- Con el cambio de políticas, esas inversiones podrían transformarse en pérdidas significativas.
- La compañía tendría que incrementar el precio de los vehículos eléctricos, disminuyendo su competitividad.
Esta situación ha encendido las alarmas en el sector, ya que otras marcas podrían enfrentar problemas similares si los incentivos gubernamentales se eliminan.
Consecuencias globales: ¿qué ocurrirá en Europa?
Trump no se limita a Canadá, México y China; también ha mencionado la posibilidad de imponer aranceles a la Unión Europea. Si esto se materializa, fabricantes europeos como Volkswagen, BMW y Renault podrían verse perjudicados, lo que incrementaría aún más los precios de los vehículos eléctricos a nivel mundial.
Adicionalmente, la eliminación de ayudas no solo impacta a los compradores, sino también a la infraestructura de carga. Trump ya ha comenzado a recortar el presupuesto para la instalación de estaciones de carga rápida, lo que complicará aún más la adopción de vehículos eléctricos.

¿Un retroceso en la movilidad eléctrica?
La incertidumbre es abrumadora. Mientras que la administración de Biden buscaba acelerar la electrificación del transporte, el gobierno de Trump parece estar deshaciendo estos avances.
Si Ford y otros fabricantes no reciben el apoyo necesario, el futuro del vehículo eléctrico en EE.UU. podría verse comprometido, favoreciendo a los motores de combustión interna y retrasando la transición hacia una movilidad más sostenible.

¿Qué nos depara el futuro?
- Incremento de precios en vehículos eléctricos.
- Menor variedad de opciones para los consumidores.
- Desaceleración en la expansión de la infraestructura de carga.
- Posibles despidos a gran escala en toda la industria automotriz.
En resumen, la industria automotriz está en un momento crítico. La decisión de eliminar los incentivos no solo impactará a Ford, sino a todo el ecosistema del vehículo eléctrico.
💬 ¿Qué piensas sobre estas políticas? ¿Crees que tendrán un efecto duradero en el futuro del automóvil eléctrico?